Hoy empieza el Carnaval, y se hace otro jueves importante del año, o juernes, como a muchos le gusta llamar a tan memorable momento.

Y comienzan las caravanas a circular por los negros asfaltos de nuestras ciudades, para ir a buscar un poco de campo, aire limpio, o simplemente huir del estrés, pero nos llevamos el sinvivir allá donde vamos. Pues bien, anoche vi en la televisión a dos mujeres de esas trabajadoras y sencillas como son la gente de los pueblos a donde vamos a descansar, y se me dio una vuelta al corazón, rememorando momentos muy bellos vividos por esas altas tierras de la serranía conquense, ellas estaban elaborando cestas de mimbre, oficio harto artesanal y manual para mostrarnos al mundo lo que todavía podemos ganar con vivir en un pequeño pueblo de tan alejada sierra. Y es ahí donde empezó mi afición por celebrar el Jueves Lardero, que muy bien estas buenas gentes nos podrían explicar mil veces mejor lo que viene a ser. 

Pero vamos a darle una oportunidad a mi buen entender. Desde hoy al próximo miércoles, nos tenemos que despedir de todos los placeres y bonanzas de esta aburrida vida, puesto que aproximándose ya el miércoles de ceniza, comenzamos el largo camino a la Semana Santa con la cuaresma correspondiente, con sus ayunos y privaciones para enseñarnos a vivir con lo justo y necesario. Un buen plan, que ya quisieran los mejores dietistas. No soy muy bueno para recordar y a veces me empieza a fallar la memoria, pero seguro que tú me puedes recordar algún que otro lugar donde se buscan mejorar estéticamente e interiormente a las personas, y que me digan lo contrario, si esto ya no estaba inventado, te lo han estado ofreciendo durante varios siglos y tu sin pasar por la pila…Pues bien, este jueves voy a pasar un buen rato con mi tutoría a un parque cercano, les he invitado a padres, madres o tutores que también pueden acercarse, puesto que Lardear era eso precisamente salir a comer el chorizo y la tortilla en buena compañía, y qué mejor compañía que la familia, que no nos la quitan de encima ni con agua caliente…La verdad es que algunos compañeros me llaman raro, e inconsciente, pero yo consulto con la almohada todos los días, con sus noches, y me dijo que no estaba del todo mal; incluso el director de mi centro, muy precavido él, al decirle que había invitado a los padres, se puso concienzudo y mirando al techo procuró ver pegas y no encontró ninguna, aunque todavía no hemos hecho la salida. Y no sólo eso, sino que para empezar bien la Cuaresma, les he pedido a los niños en cuerpo de semi-adulto, que les escriban una carta a sus padres, y a los padres que les escriban una carta a sus hijos, con cosas que aunque hayamos repetido infinidad de veces, una vez escritas en papel ya no se borran, y si se nos olvidaron decir en voz alta, siempre pienso que el papel es una buena manera de hacernos vomitar aquello que nos cuesta digerir. Y tengo que decir que lo que estoy recibiendo de unos y otros puede que no haya sido mala idea la excusa de lardear para vernos un rato en el campo, sin las cuatro paredes ni las distancias de seguridad impuestas, o los pupitres que no nos dejan ser nosotros mismos. Pero eso no es todo, como tenemos que ser dos los profesores que salgan con ellos, pues me acompaña la profe de inglés, que es un encanto, y aunque no nos conocemos, pues eso, que para todos nos va a venir bien airearnos y darle una vuelta a esto educar, en casa, en la calle y en el aula. Vamos todo un lujo de día, qué más se puede pedir, si además pueden contar con aquellos que más les quieren.  Y echando mucho de menos a todos los que les hubiera gustado poder estar aquí pero que están haciendo lo mejor posible para que nosotros si que podamos estar. Y para despedirnos, pues nada, buen puente y a aprovechar al máximo todo el aire, tierra, fuego y agua del universo que va a ser lo que llenando nuestras botellas nos permitan seguir sumergidos en la vorágine infernal de este desierto, hasta la próxima Pascua. Buen camino y mejor regreso, esperemos no dejar a nadie por el camino y que aprendamos a desprendernos de todo lo que nos sobra para que el camino sea más llevadero y los bolsillos se aligeren un poco de tanto peso innecesario. 

Buen descanso y saludad por el pueblo…

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